jueves, 30 de junio de 2011

Reportaje - Criminalización del movimiento ecologista (parte 2)

8 comentarios:

  1. Creo que Costa Rica al igual que muchos países de Latinoamérica, se ha convertido en el laboratorio industrial de multinacionales, que utilizan químicos sin control, explotación de la tierra para producir productos en masa, como dice Manuel Castells, la interferencia humana actual en el mundo no humano es excesiva y la situación empeora por momentos. La riqueza natural de la tierra se agota en su esencia, el mismo ser humano enferma, esta carrera de producción sin control está generando colapsos en la humanidad, donde las consecuencias son nefastas a mediano y largo plazo...

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  2. Como afirma el autor Sidney Tarrow citando a Hirschman “La acción colectiva supone a la vez un coste y un beneficio” (p.198) más adelante instruye “El repertorio del movimiento moderno ofrece a los activistas tres tipos básicos de acción colectiva: violencia, disrupción y convención”, enfocándonos en la violencia el autor afirma “es la más fácil de imitar, pero en circunstancias normales queda limitada a pequeños grupos dispuestos a causar daños y arriesgarse a ser reprimidos”, con certeza el autor tenía razón solamente que esos “pequeños grupos” toman fuerza y con su aumento la capacidad de represión por parte de la sociedad contra ellos.
    El jurista Kurt Loewenstein en su “Teoría de la Constitución” afirma “Los tres incentivos fundamentales que dominan la vida del hombre en la sociedad y rigen la totalidad de las relaciones humanas son el amor, la fe y el poder…” es sorprendente como el poder al entrelazarse con el dinero puede cegar tanto a la raza humana y atentarse contra su propia existencia –como lo es el daño ambiental- y no querer reaccionar, negarse a su propia sobrevivencia por “un puñado más de capital” y entrar en una “cazería humana” contra quienes no ven a través de sus ojos. En la página recomendada en este blog sobre el grupo Ecologistas en Acción se hace un recordatorio, ente otros, a personas como:
    Leonard Peltier joven estadunidense estaba decidido a luchar contra los abusos y violaciones que se venían produciendo en la reserva Pine Ridge (Dakota) matándose más de 60 nativos de la región, por su lucha a favor de los indígenas fue condenado a dos cadenas perpetuas a pesar de haberse encontrado evidencias de su inocencia.
    Francisco Alves Méndes conocido como Chico Méndes, sindicalista y activista ambiental brasileño que luchó contra la extracción de madera y la expansión de los pastizales sobre el Amazonas fue asesinado en 1988 frente a su casa, por presionar en exceso las organizaciones gubernamentales.
    Al verse estos casos y estos videos de criminalización contra el movimiento ecologista y de la mano con el comentario anterior sobre el derecho penal ambiental parece (en un cuadro muy pesimista) que el derecho penal ambiental ha fracasado… no resulta suficiente recurrir al Derecho penal cuando se afecte total o parcialmente un ecosistema si esto va significar indiferencia absoluta cuando se atenta contra la vida, libertad o salud de aquellos que valientemente luchan por conductas ecológicas ilícitas.
    (Sobre el tema de la insuficiencia de leyes que amparen a quienes protegen el medio ambiente se recomienda la autora española Silvia Sánchez ¿Protección penal del medio ambiente?)

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  6. I.

    Hola a todos y todas, he intentado realizar algunos comentarios pero se produjeron errores graves por lo que tendré que realizarlo en tres partes.

    Primero aclaro que en el tema de ambiente no soy experto, ni siquiera conozco una pequela porción de la multitud de grupos que existen en ese campo, y muy a pesar de ello me atreveré a realizar algunas observaciones.

    En el tema ecológico, creo que hay al menos tres corrientes o posiciones político-ideológicas: los ambientalistas (tanto los radicales como los "moderados"), los ecologistas (generalmente compuesta por seguidores y defensores del "desarrollo sostenible") y los ecosidas (que suelen ser llamados escépticos, críticos del ambientalismo, conservadores y liberales economicistas, desarrollistas...)

    1. Los ambientalistas y movimientos ecologistas radicales:

    En los videos recomendados para este tema nos reflejan más la experiencia ambientalista, de amor y defensa de la naturaleza e incluso exponiendo la vida propia e inmediata.

    Esta primera línea de acción (que incluye muchos grupos ambientalistas), aunque ejemplar, necesaria y urgente es una tarea idealista en tanto sigue alejada de la mayoría de los pobladores humanos de nuestro planeta.

    Se puede consultar
    http://liber-accion.org/articulos/3/652-situacion-y-luchas-ambientales-en-costa-rica-
    http://feconcr.org/
    http://www.semana.com/vida-moderna/freno-calentamiento-global-debio-contaminacion-asiatica/159697-3.aspx

    2. Los ecologistas y seguidores del Desarrollo sostenible:

    La segunda, aunque más realista y aceptada mundialmente es insuficiente para un cambio verdadero, suele ser una especie de ropaje ideológico para vestir de verde sus acciones y limpiar las conciencias depredadoras de todo rastro de culpa, en este nivel se encuentra muchos movimientos ecologistas y ONGs defensoras indirectos de las grandes multinacionales y de los países desarrollados y en desarrollo (o como diría Raff Carmen de los países sobre desarrollados y mal desarrollados).

    En esta segunda oposición se puede ver información en los siguientes enlaces,
    Estas posiciones son herederas del mal llamado
    Desarrollo sostenible:

    http://www.ambiente.gov.ar/?idseccion=157
    http://www.ambiente.gov.ar/?IdArticulo=353#Contaminacion
    http://www.combat-monsanto.es/spip.php?article228
    http://www.profesormolina.com.ar/electromec/pcb.htm
    http://www.igooh.com/notas/greenpeace-otorga-medalla-de-plata-a-planta-de-celulosa-en-australia/

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  7. II.

    No obstante, la taxonomía utilizada no ayuda mucho pues la variabilidad y diferencias de movimientos es muy compleja, los movimientos tanto de las primeras corrientes como de las segundas, van en una especie de continuo pasando por una gran diversidad de principios y fines éticos y políticos.

    Estos movimientos han realizado una ardua tarea en tiempos de neoliberalismo desde los 80 ocupando el vacío crítico que dejaron los que abandonaron el barco al “hundirse” el bloque soviético (los que no continuaron siendo de izquierda en tiempos donde no era moda se diseminaron de múltiples formas: muchos se reciclaron como ambientalistas, ecologistas, en el mejor de los casos, otros se volvieron escépticos, y en el peor de los casos se volvieron neoliberales al considerar que no se puede nadar contra corriente).

    Esa tarea titánica de mantener oposición en momentos dónde se creía que había acabado la historia, hizo que surgieran nuevos movimientos sociales (aunque en ellos hay gente de izquierda también los hay de centro y hasta de derecha).

    Si bien hay diferencias ideológicas y políticas a lo largo de ese continuo, se podrían decir que en ambos lados hay buenos y verdaderos esfuerzos por alcanzar una vida plena, un buen vivir como dicen los Aimaras, sólo que con métodos, criterios y principios distintos y unos más partidarios de cambios estructurales y otros de caminos más reformistas.

    Pero, no se debe olvidar que entre extremos la lejanía si es muy evidente, pues quienes son partidarios del reformismo se acercan al mantenimiento del estado actual de cosas mientras que su “opuesto” está más cerca de una transformación de los modos de producción y consumo, así como de nuestra organización social y vidas personales (como insinúa débilmente Castells).

    De allí que para Castells los movimientos sociales pueden ser tanto conservadores socialmente hablando como revolucionarios y hasta ambas cosas a la vez o ninguna. Por ello pueden ser grupos cercanos a lo establecido, con alguna resistencia pero con poca convicción de cambio o claros y radicales cambios estructurales. Sin embargo, este autor como otros reproducen la idea de que todos somos culpables de lo que sucede, me parece una idea cliché que banaliza la responsabilidad y desvanece la posibilidad de cambios profundos, pues quienes son realmente responsables realizan unos cuantos paleativos (cuando mucho un reformismo suave) con apelativos de verdor y con eso suelen exculpar su conciencia.

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  8. Sin duda, tal y como indica Alicia Casas, en el documental sobre la criminalización del movimiento ecologista, la opinión pública apoya a los movimientos ambientalistas, pues una buena parte de ellos defienden el interés público, en situaciones o momentos que la misma opinión pública no está informada. Los medios, como caja de resonancia de sus dueños y de competidores por la audiencia o la circulación de sus impresos, dejan de lado temas ambientales fundamentales para el planeta.
    Se une, en el tema que refiere el reportaje sobre la Criminalización del Movimiento ambientalista, tres perniciosos principios periodísticos:
    Interés de sus dueños
    Políticas editoriales
    La premura de la primicia –competencia al fin- que no permite profundizar.
    La lectura incorrecta, tendenciosa o no –pues los hechos deben verse de acuerdo a ciertos criterios de noticiabilidad-, de un hecho que en consecuencia es tratado de determinadas formas para lograr el objetivo de “vender”.
    Esta “fiscalización invisible" como la llama Bourdieu, no viene entonces sólo de ese control, sino también de una corrupción estructural dentro del campo periodístico en el que se compite por cuotas de audiencia y de mercado.
    Parte de este fenómeno es el llamado Bourdieu, "circulación circular" de la información periodística, en la que los periodistas que se encargan de reportera y redactar la información son informada por sujetos que a la vez requieren, desean, necesitan "ser vistos", "ser reconocidos"; que tienen un discurso oficial.

    Así se crea una agenda -temas más importantes que se deben cubrir y publicar-, mediante la que se crea una realidad, que en lo simbólico se transforma en lo importante, lo "bueno" y lo "malo". Es en este tipo donde se crear la opinión pública, que "verdadera" o no, genera un ambiente, un clima, favorable o desfavorable a los asuntos que creemos como importantes, pues así los publica la prensa.
    El que las muertes de algunos ecologistas hayan sido vistas como asesinatos comunes, nacen el seno de una prensa que no profundiza, que se conforma con lo que se ve en la superficie, de una prensa que hace de los hechos más trascendentales simples notas de sucesos.
    Si bien pareciera imposible que esta dinámica de poder de los medios cambio, que se de una redistribución más democrática, creo que con las redes sociales, pese a su cuestionado alcance y cobertura, están rompiendo el monopolio de los instrumentos de difusión, para que hoy, en pleno siglo XXI podamos tener una versión distinta de los hechos.

    Comentario de Patricia Navarro Molina

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